Descripciones, primera parte

Vengo a dejar algunos consejos sobre descripciones, algunos de cosecha propia y otros que he leído por todas las páginas que recorro cuando necesito inspiración.

- Las descripciones, dependiendo del tipo de relato, pueden ser graduales o exhaustivas. Si quieres que sean lo primero, no debes hacer una descripción de las clásicas, que habla de una persona, animal, objeto o paisaje simplemente, interrumpiendo la fluidez de la historia. La descripción gradual forma parte de la historia. Aquí, si aparece un personaje y realiza una acción con sus manos, se describen las manos. Si su mirada es profunda, se describen sus ojos... Os pondré un ejemplo de mi cosecha propia.

...Entonces apareció aquel joven misterioso, agarrando una espada de empuñadura dorada y hoja color plata con sus grandes y huesudas manos. Al encontrarse cara a cara con Esther, la miró a los ojos fijamente, mostrando sus pupilas dilatadas por la rabia y sus iris color terroso...

- También pueden ser exhaustivas, parando toda la narración y mostrando cada uno de los detalles del ser, objeto o lugar a describir, ralentizando el ritmo y la fluidez del relato. Estas descripciones suelen ser mucho más detalladas que las otras. Pondré el ejemplo anterior escrito de este modo.

...Entonces apareció aquel joven misterioso. Era de complexión musculosa y de alta estatura. Su tez era blanquecina, parecía Sus ojos color terroso eran profundos, y sus pupilas estaban dilatadas por la ira. Sus finos labios estaban fruncidos, mostrando tensión. Y en sus grandes y huesudas manos empuñaba una espada de mango dorado y hoja plateada...

Escoged la manera que os resulte más sencilla. Aunque podéis intercalarla en vuestro texto. Yo recomiendo que las descripciones de lugares y paisajes sean exhaustivas, para situar al personaje o personajes en un lugar que el lector pueda imaginar al detalle. Y al presentar a los personajes puede realizarse un híbrido, mostrando las características físicas y mentales más palpables, y añadiendo otras en la narración. Aunque, como digo, podéis hacer lo que queráis, el único límite es vuestra imaginación.

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