Locus Amoenus

Según la wikipedia (esa herramienta a la que todos hemos recurrido alguna vez aún a sabiendas de que es de dudosa credibilidad), el Locus Amoenus es...

Un término literario que generalmente refiere a un lugar idealizado de seguridad o de confort. Un locus amoenus es usualmente un terreno bello, sombreado, de bosque abierto, a veces con connotaciones de Edén.


Según mi profesora de Literatura, el Locus Amoenus es un tópico literario que muestra una naturaleza idealizada. Es decir, un lugar idílico.
A continuación, una descripción de ''cosecha propia'' (cómo no) de un Locus Amoenus clásico:

Al llegar allí, descubrí algo que templó mi mente y mi corazón, paralizando cada uno de mis músculos y provocando en mí algo que nunca había pensado que pudiese ocurrir. Ante mí aparecía un valle oculto tras la sierra que había tardado tanto en cruzar, un paraje en el que los colores verde, marrón, amarillo, naranja, rojo y violeta se mezclaban. Centenares de árboles poblaban aquel extenso valle, y a su alrededor nacían decenas de rosas, violetas, azaleas... hasta vi especies de flores que no supe reconocer, cada cual más hermosa.
La hierba salvaje que crecía en el suelo, formando una alfombra natural que tapizaba cada uno de los rincones de la zona tenía aspecto de ser un cómodo colchón para cualquier persona que se acostase sobre ella, pero no lo hice porque el escuchar el rumor del agua atrajo mi atención más que nada. Quizás porque hacía dos días que no bebía agua y estaba sedienta.
Caminé entre la maleza, en busca de la fuente de aquel sonido, hasta que hallé cerca de allí un ancho río de aguas cristalinas. Me agaché para aplacar mi sed mientras observaba mi reflejo. Ya no parecía yo, puesto que la suciedad y la desesperación al no encontrar ningún lugar donde poder quedarme habían hecho mella en mí.
Al terminar de beber, saqué de mi mochila de viaje una botella vacía y la rellené. Sabía que pronto seguiría mi camino, así que debía recargar fuerzas. Tras eso, y siguiendo el curso del río, me dispuse a buscar alimento.
Hallé a unos doscientos metros un manzanar del que colgaban rojas y grandes manzanas que empecé a arrancar y a introducir en mi bolsa de viaje sin miramientos. Aquel árbol, pensaba yo, no pertenecía a nadie. Pero me equivocaba, y lo supe en el momento en el que escuché a mi espalda una voz masculina gritándome:
- ¡Eh, esa fruta es mía! ¡Aléjate de ahí!

Sí, lo sé, puede parecer una tontería este fragmento, pero sirve para utilizar el Locus Amoenus. Así se muestra, interno en un relato que acabo de inventarme, este tópico literario. Es fácil de usar y de introducir en una historia: simplemente hay que describir un lugar de gran belleza en medio del campo. Puede ser el perfecto escenario de alguna historia que escribáis.

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